Ser mujer y además ser agricultora es una doble carga que la mujer campesina debe llevar. Generalmente eso significa que debe levantarse muy temprano a las cinco de la mañana dar desayuno a la familia y dejar listo el almuerzo para después encaminarse a sus labores de campo.

Los informes de la situación de la mujer del agro no son halagüeños pese a su alta contribución en la agricultura familiar campesina. La mujer aporta con el 61% de la mano de obra que hace posible que los alimentos lleguen a los hogares ecuatorianos.

Son las que ponen las manos, brazos, espaldas; se calzan sus botas, agachan en la siembra, la desyerba y la cosecha, pero su pago es siempre menor que la de su compañero.

¿Nos preguntamos desde hace mucho tiempo el porque? Sin embargo, la sociedad, los gobiernos, el hombre en si mismo no tiene una repuesta clara y satisfactoria que reivindique la labor tesonera y sacrificada de los millones de mujeres que laboran el campo.

Desde la Academia a veces nos llegan estudios y cifras preocupantes como lo muestra Myriam Paredes, catedrática de la FLACSO, quien a través del programa de Desarrollo Territorial Rural ha logrado obtener cifras como las que la pobreza rural subirá al 60% a los niveles del año 2006. El año anterior habíamos llegado al 41%, pero la pandemia ha hecho que demos un salta atrás y la mujer rural caiga en una mayor dependencia y un menor desarrollo de su status.

Recordemos que las mujeres en la ruralidad no solamente son mujeres, también son mano de obra y tienen un largo etc., de labores no solo en el campo sino también en casa cuidando del hogar, los hijos, los animales domésticos, labores que se suman a las 10 mil cosas que deben hacer.

¿Y qué hay de la seguridad? Este es un nudo gordiano que se tensa mas cada día. Según datos del seguro social campesino existen UN MILLON NOVENTA Y OCHO MIL DOS CIENTOS SETENTA Y TRES afiliados dependientes. De ellos aproximadamente el 50% son mujeres, pero es el caso que según el INEC la población femenina en el campo es de 2.762.859, es decir que el Seguro Social Campesino, apenas estaría cubriendo el 21% de ellas dejando a un gran número en indefensión social.