POR: KLEBER EXKART
EUROPA SE SEMBILIZA ANTE CLAMOR DE PRODUCTORES
Las desigualdades en
el mercado de minoristas en Europa, no es de ahora viene de mucho tiempo atrás.
Estas desigualdades no solo son para los productores de suministros
alimentarios de terceros países como es el caso de los productores
latinoamericanos. Es también casa a dentro que se dan las distorsiones. Los
productores en general han sido tratados con el mismo rasero de la
discriminación y la indefensión frente al poder dominante del mercado corporativo
de los retaliers.
Europa por ejemplo ha
mantenido una larga guerra de sus retaliers en la que los suministros de banano,
especialmente del Reino Unido, han hecho mucho daño a los proveedores de origen
Latinoamericano. Igual Alemania con algunos de sus retaliers como ALDI, han
buscado en reiteradas veces manejar menores costos de compra de suministros de
banano por debajo de los costos de producción, pese a las duras exigencias de
certificaciones que atosigan a los productores y encarecen el producto final.
Una de estas últimas
escaramuzas se dio en el 2020 y lo volvieron a intentar en el 2021, con Aldi
encabezando una política hostil de precios bajos para la caja de importación,
en la que incluso participó la certificadora Rainforest Alliance, imponiendo
nuevas normativas que mas parecen camisas de fuerzas coercitivas a los
productores, según lo han destacados los representantes del sector bananero
latinoamericanos a través de sus voceros.
Sin embargo, esto
parece querer cambiar con las acciones legales de países como Alemania y
Noruega de obligar mediante legislación de sus parlamentos a que las empresas
de suministros de alimentos frescos se responsabilicen y diligencien acciones
de prevención de abusos. El parlamento
alemán, el Bundestag, adoptó recientemente la Ley de la Cadena de
Suministro, que impone a las empresas alemanas la obligación de identificar y
dar cuenta de su impacto en los derechos humanos y el medio ambiente, como el
trabajo forzoso e infantil, los desalojos forzosos, la contaminación por
petróleo y la tierra, acaparamiento: a través de proveedores directos o extranjeros
y, cuando sea necesario, también proveedores indirectos.
En
este mismo orden en el mes de mayo, el parlamento noruego adoptó la Ley de
Transparencia, que obliga a las grandes y medianas empresas a llevar a cabo la “debida
diligencia”, en materia de derechos humanos y trabajo decente no solo en toda
su cadena de suministro, sino en todas las relaciones de negocios.
Según
las normas internacionales, las empresas tienen la responsabilidad de llevar a
cabo la debida diligencia en materia de derechos humanos a lo largo de toda su
cadena de suministro, es decir, para identificar, abordar, prevenir y remediar
los abusos, independientemente de si tienen conocimiento previo de los
problemas.
Sin
embargo, las leyes aprobadas no son perfectas y requieren según algunos
analistas achicar algunas lagunas que pudieran a los empresarios saltarse la
verja. La ley es un paso en la dirección correcta, pero tiene algunas
debilidades graves que deberían abordarse en el futuro, han sugerido algunos
organismos como Banana Link y la misma Coalición Europea por la justicia
Corporativa.
En
un reciente Webinar realizado por el Clúster Bananero de Ecuador, se hizo un
análisis pormenorizado de los pro y contras de la iniciativa europea de la
“debida diligencia” por parte de los actores de la cadena del banano tanto de
Ecuador como de Europa y, las coincidencias de opinionen son favorables a la
Ley de la “debida diligencia”.
Sin
embargo, existen temores entre los mismos parlamentarios europeos de que la Ley
derive, en una certificación y sea un nuevo lastre o herramienta de presión de
los retaliers para justificar precios bajos a los productores de terceros
países, especialmente los productores de banano de Latinoamérica.