2023 se inició en un clima enrarecido por la negativa de los productores de firmar contratos para la exportación. Las reuniones que se han dado con los productores han sido infructuosas. La fecha límite que la Ley del Banano estipulaba para la firma de estos contratos feneció el pasado 29 de diciembre del año anterior. Dos días antes de ese plazo, según el sector exportador, se habían firmado solo el 25 % de los contratos para el 2023; mientras que desde el sector productor aseguraron que ese porcentaje no llegaba al 10%. El número de contratos firmados es un misterio, cabe la posibilidad que no sean tantos como dicen los exportadores y el sector oficial o sean un poco más de lo que reconocen los productores.

La situación no ha cambiado, Richard Salazar, director ejecutivo de la Asociación de Comercialización y Exportación de Banano del Ecuador (Acorbanec), se ratifico en una entrevista con el noticiero Banana Export, que estos no van más allá del 30%. Salazar sostiene que sería absurdo que por el tema legal se deje de exportar sin embargo, todos apuntan que la la Ley es la Ley, que todos deben acatarla.

El sector ha cerrado un 2022 negativo en cifras de cajas exportadas y recaudación de dólares. Son más de 258 millones que el país ha dejado de percibir por la caída del -7,5% para unos, pero para otros la caída es mayor casí un -11%. Esto le pondría más dramatismo a la cifra negativa de perdidas.

Es un año de tire y jala para el sector bananero en general. Casa adentro mantenemos la misma inquina productores exportadores. La situación se agrava porque la oferta de producción continuará baja hasta segundo trimestre del año. Según apunta algunas analista recién a partir de mayo habrá una mayor producción. Esta coincide sin embargo en pleno auge con la temporada baja, menos compra de los mercados europeos. Dará pie para una caída brusca de la caja de banano. El ministro ha dicho que los que no firmen contrato no tendrán opción a reclamar. A muchos le da igual porque al final, dicen, jamás se respetan los contratos.

La informalidad hace daño a los dos sectores. Sin embargo el productor pequeño y mediano es el mayormente perjudicado. Tiene costos más altos. Si con un PMS USD 6,50 tiene dificultades para alcanzar el umbral de rentabilidad con una producción de 1900 cajas. Imaginen con un precio spot menor a ese precio, algunas veces cayendo por debajo del los USD 2,00.

La preocupación de los productores es que es difícil elevar la productividad aunque sea un pequeño porcentaje, debe ser al menos 20%, sin insumos a tiempo, un clima variable jugando en contra, amenaza de enfermedades y desprovistos de un marco legal que los beneficie en tiempos de crisis.

2022 se caracterizó por el abandono de un 9% del área sembrada de  banano, esta cifra es conservadora con el número de ha., que afirman los productores actualmente están abandonadas e improductivas. El no cout fue para los productores pequeños, este grupo fue el sacrificado. Los grandes han salido fortalecidos, algunos incluso han extendido sus fronteras aunque legalmente están impedidos. Los productores afirman, que las nuevas siembras las realizan los que tienen la dualidad son exportadores y productores. Si bien dicen ya no sembrar banano convencional sino orgánico, al final lo que cuenta son los volúmenes de producción país.

La preocupación se generaliza entre los exportadores. Ellos huelen que la demanda va a presionar el spot de las primeras 20 semanas a cifras difíciles de manejar para sus clientes. Un spot promedio de USD 9.50 en el mejor de los casos será un FOB de USD 13,00. ¿Podrán manejarlo los importadores o retalieres tan dados a la cicatería?.

El consumidor europeo se viene preparando para nuevas subidas de costos de todos los productos hortfrutícolas ¿Las bananas dejarán de ser las nalgas de las otras frutas como en términos morocho se refieren? Algunos retalieres se muestran más sensibles con el drama de los pequeños productores pero deben pasar a la acción de pagar un justo precio para la caja de banano de importación y exigir que el beneficio también sea repartido en toda la cadena, especialmente en los eslabones productores – trabajadores agrícolas.