NUEVAS ANOMALÍAS EN EL SISTEMA UNIBANANO
Entender como un
negocio millonario como el del banano en Ecuador, que involucra a más de 8000
productores y más de dos centenares y media de empresas exportadoras, algunas
de estas también productoras de banano, sigan manteniendo una estructura
administrativa arcaica estatal, en que su principal software denominado
UNIBANANO, tengo una obsolescencia del más del 70%, tanto que permite que se
cuelen códigos ficticios y el registro de hectáreas de banano inexistentes, no
es de inteligentes ni de administradores con alto grado de eficiencia, que ha
llevado al banano a posicionarse como el primero en el mundo.
No se trata solo de la
obsolescencia del sistema sino de la manipulación expresa que se ha hecho del
sistema por parte de los operadores. Algo que no es de ahora sino de hace
muchos años, en lo que los ministros de agricultura se han hecho de la vista
gorda, permitiendo la ilegalidad y el favoritismo para un número reducido de
empresas exportadoras que evidentemente se acostumbraron a manejar el negocio
bananero al filo de la Ley.
El perjuicio para los
productores y exportadores formales, aquellos que se encuadran en la legalidad
de la Ley del Banano, es incuantificable si los miramos retrospectivamente en
el tiempo aproximado que el sistema ha sido jaqueado por los administradores
formales del MAG del sistema Unibanano, así como de aquellos operadores
externos al MAG, que tenían acceso privilegiado y estuvieron hasta hace poco
manipulando el software en beneficio propio o de la argolla.
El ministro del MAG,
Ing. Eduardo Izaguirre, que es un bananero de vieja data, junto a su equipo
administrativo, muchos de ellos conocedores de los entresijos del sector banano
y de sus bemoles tan pronto tomaron la posta en el MAG, decidieron coger el toro
por los cuernos y decidieron realizar una auditoria al sistema Unibanano, algo
que se lo logró con el aporte financiero de la ONG Gis, de Alemania.
Esto evidenció que
Unibanano había sido objeto de manipulación. Una primera auditoría identificó
que el MAG era propietario de 20 mil hectáreas ficticias que eran parte del
sistema de registro y por ende se le otorgaba un código para exportación para
un cupo aproximado de un millón doscientos mil cajas. Una nueva inspección ha
arrojado un registro ficticio de 16.000 ha., que habrían beneficiado a 720.000 cajas de exportación semanal.
Lo irónico del caso es
que no aparecen nombres de los administrativos responsables ni de los foráneos
que han estado manipulando el sistema Unibanano. El ministro Izaguirre, tampoco
ha desvelado el misterio, aunque seguramente están plenamente identificados y
debieron haber sido denunciados a la Fiscalía, para el encartamiento respectivo
por el delito de falsedad de datos y otros que seguramente configuran en el
COIP.
Al momento se avanza
por parte del MAG y de su ministro en la depuración y saneamiento del sistema
de comercialización Unibanano. Por lo pronto las acciones concretas están
enfocadas en la desactivación de códigos de hectáreas ficticias; revisión de
perfiles de usuarios y eliminación del código “F”, mediante el cual los
exportadores entre ellos podían venderse las cajas bajo la modalidad de
embarque FAS (Franco al costado del buque) sin que el sistema Ecuapass, de la
SENAE, les exigiera la verificación de los códigos autorizados por Unibanano.
Eduardo Izaguirre,
ministro del MAG, apunta que, si bien no solo se tiene identificadas las
anomalías, sino que se han tomado los correctivos para que el sistema no
continúe haciendo aguas, el problema está lejos de solucionarse y la solución
recién se vería en el 2024, con la puesta en servicio del nuevo software de
Unibanano que esperan dejarlo implementado antes que concluya la actual
administración.