
Bacillus, Trichodermas, Streptomyces y Seudomonas
El futuro del banano frente al fusarium tr4 dependerá de los microorganismos
Investigadores del
Instituto Nacional de Innovación Agraria (INIA) de Perú y colaboradores
internacionales han revisado el estado actual de una de las estrategias más
prometedoras para contener la marchitez en banano, producto del ataque por
Fusarium oxysporum f. sp. cubense, raza tropical 4, mediante el el biocontrol
microbiano.
La marchitez por
Fusarium en bananos, conocida como “el cáncer del banano”, amenaza hoy a la
producción mundial de esta fruta básica en la dieta de millones de personas.
Investigadores del Instituto Nacional de Innovación Agraria (INIA) de Perú realizaron una revisión sistemática que
actualiza el conocimiento sobre el biocontrol microbiano frente a la enfermedad
por Fusarium oxysporum f. sp. cubense (Foc), en su variante Tropical Race 4
(TR4).
El estudio,
publicado en la revista Agronomy, analizó 118 investigaciones realizadas entre
2012 y 2024, centradas en el uso de microorganismos capaces de actuar contra el
patógeno. El análisis confirma que, aunque todavía faltan estudios de largo
plazo y validaciones en campo, la aplicación de bacterias y hongos antagonistas
representa una opción real para el manejo integrado de la enfermedad.
La situación es
urgente, destaca. Desde que el TR4 se detectó en América Latina en 2019, la
amenaza sobre los bananos, especialmente los destinados a la exportación y los
que garantizan la seguridad alimentaria de comunidades rurales, ha aumentado.
El hongo puede causar pérdidas totales en las plantaciones afectadas y, hasta
ahora, los métodos químicos no han logrado detener su avance. Aunque se ha
utilizado el fungicida propiconazol, no existe ninguna solución efectiva para
eliminar el patógeno del suelo, lo que obliga a buscar métodos alternativos y
más sostenibles, según se argumenta.
La revisión señala
que los principales aliados en esta lucha pertenecen a cuatro géneros
microbianos: Bacillus, Trichoderma, Streptomyces y Pseudomonas. Bacillus, en
particular, demostró ser altamente efectivo, con tasas de control que en
algunos casos llegaron al 100 %. Trichoderma, un hongo conocido por su
capacidad de parasitar a otros hongos, también destacó, con reducciones de la
severidad de la enfermedad de hasta un 94 %. Streptomyces, famosos productores
de antibióticos naturales, lograron eficacias superiores al 80 %, mientras que
Pseudomonas, aunque con resultados más variables, se mostró como una
herramienta adicional prometedora para contener el avance del patógeno.
Un hallazgo
relevante del estudio es que los consorcios microbianos, es decir,
combinaciones de diferentes especies de microorganismos, resultan ser más
eficaces que el uso de cepas puras. Algunas combinaciones, como las de
Trichoderma con Glomus o de Pseudomonas con Bacillus, lograron controlar
completamente la enfermedad en condiciones controladas. Esta sinergia entre
microorganismos parece ser clave para lograr un efecto más robusto y sostenido
en el tiempo.
Pese a estos
avances, los investigadores advierten que persisten importantes desafíos para
la adopción masiva del biocontrol. Aún es necesario desarrollar formulaciones
comerciales estables, definir protocolos de aplicación adecuados y evaluar la
efectividad de los microorganismos bajo distintas condiciones de suelo, clima y
variedad de banano. También se destaca que los microorganismos nativos, es
decir, aquellos aislados del mismo entorno donde serán aplicados, tienden a ser
más eficaces que aquellos provenientes de bancos de cepas, al estar mejor
adaptados a las condiciones locales.
Finalmente, los
autores enfatizan que el éxito de estas estrategias depende de integrar el
biocontrol en un manejo más amplio de la plantación. Recomiendan inocular los
microorganismos en las etapas iniciales del cultivo, acompañarlos de
aplicaciones de materia orgánica para favorecer su establecimiento en el suelo
y realizar pruebas locales antes de escalarlos a nivel comercial.
Fuente: Biologicals
Latam