Este fin de semana estuvo matizado por las expectativas que muchos ecuatorianos se hicieron en torno al cacareado debate de los candidatos finalistas a la presidencia del país. Este acto que cada vez se torna más de marketing político en el que se hacen métricas respecto al nivel de audiencia del evento en su esencia ha ido perdiendo protagonismo y no deja de ser un monólogo vacío de contenidos con respecto a lo que espera el espectador.

Los dos candidatos llegaron al escenario de TC televisión que había sido adecuado para el momento con su arsenal de argumentos mas enfocados al tire y hala de viejas acusaciones y reñidos tejidos de amistades políticas. En el caso de Arauz, su paso por la administración de Correa, como funcionario público donde tuvo un protagonismo de bajo perfil pero que sin embargo no estuvo exento de salpicaduras y acusaciones por acciones con las que nos tuvo acostumbrado el ex presidente de RC, asociadas a la corrupción evidencia que su estilo no cambiará y que seguramente tendremos mas de eso.

Por su parte Guillermo Lasso, del partido CREO dejo que los señalamientos de su paso por la banca y su participación política por varios gobiernos empañaran algunas de sus buenas propuestas para mejorar las condiciones de percepción que debe hacer en primera instancia el país si quiere mejorar su nivel de credibilidad en los organismos de crédito y mercados.

En la parte última Guillermo Lasso destacó su política de inversión en el campo ecuatoriano. Aseguró que su gobierno invertirá 5 mil millones de dólares. Esta es una cantidad significativa para la reactivación. No esta claro si esa cantidad de dinero la buscará en la banca extranjera que al momento tiene intereses bajos y bien puede aprovecharse la coyuntura para poner en marcha cualquier plan que tenga pies y cabeza en mejorar los ingresos de los ecuatorianos.

El agro es una buena apuesta como lo es también el sector agroindustrial. Pero ben sabido es que las altas tasas de interés de los créditos productivos sumado a la burocratización y demora de sus entregas son limitantes que hacen que la mayoría de estos cacareados créditos solo queden en cantos de sirena y se diluyan en el tiempo sin las ejecutorías para los agricultores y empresarios agropecuarios.

Mucho de los buenos resultados en el agro va a depender de dos coyunturas importantes. Una la política crediticia de fomento agropecuaria que implemente el nuevo gobierno a través de BanEcuador y la otra del funcionario que sea designado responsable de la ejecución de esta vuelta la mirada al agro. Debemos abandonar esta muletilla para convertirla en plan eficiente de mejorar nuestra productividad en cultivos de exportación como el banano, cacao, productos no tradicionales, pesca.

Ecuador debe embarcarse a revolucionar el manejo tecnológico de sus cultivos buscando la productividad para mejorar la producción a escala y ser competitivos y estar a la par de los países de la región: Perú, Colombia, Centroamérica que tienen en este paradigma su máxima referencia.

Lamentablemente el candidato Arauz, en el tema de la producción agropecuaria no aporto nada por lo que se ve que carece de una visión en ese sentido.