

NEGOCIO BANANERO EN ECUADOR CARECE DE UNA VISIÓN SOCIAL
El tejido
productivo del sector bananero de Ecuador es una piel permeable que deja muchas
fisuras y rasgaduras, que no han sido resarcidas por los actores empresariales
ni gremiales a falta de una visión social comprometida con el desarrollo social
integral de todos los actores, especialmente del sector de los trabajadores
agrícolas, motor fundamental del desarrollo de esta actividad.
Es vox populis que
a los trabajadores agrícolas no les esta permitido la libre asociación aunque
el sector empresarial se empeña en argumentar, que promueven la libre
asociación y sindicalización de sus trabajadores. Algunas certificaciones como
Rain Forest Alianza, tienen como exigencia para la certificación del producto a
comerciallizarse la sindicalización de los trabajadores, pero esto casi nuna se
cumple o se mimetiza con los llamados Comités empresariales, que son
constituidos por los trabajadores administrativos y no precisamente los de campo
y empacadoras.
Los síndicatos que
han existido o existen nunca tienen un poder de negociación que les garantice
una probidad y el cumplimiento de los acuerdos. Europa cada vez hace hincapie
en esta exigencia, que va de la mano con los Derechos Humanos y acuerdos de la
OIT. Ecuador en materia de sindicalización esta lejos de los países de la
región, en especial Colombia, Costa Rica, Perú entre otros.
Colombia en un
reciente capítulo de buenas relaciones y de buenas prácticas laborales, acaba de
liderar la firma de un contrato colectivo con los trabajadores agrícolas
bananeros que lo realizaron AUGURA y SINTRAINAGRO. Este acuerdo es considerado
histórico porque en cuatro décadas no se había logrado una negociación de largo
plazo entre las dos partes.
Emerson Aguirre,
presidente de AUGURA, afirma en entrevista a Banana Export, que el Acuerdo ha
sido un trabajo de equipo, en el que no estuvieron ausentes las diferencias. Sin embargo, se ha logrado algo que no
se había logrado en más de cuatro décadas, lograr un compromiso de largo plazo
de cuatro años con los trabajadores sindicalizados.
Para nosotros, dice el presidente de Augura, “Fue un
trabajo muy importante, un proceso de negociación desde el punto de vista
técnico, metódico, apoyado siempre en las cifras de productividad, apoyó
también en el panorama nacional, en el panorama internacional y sobre todo
basado en diferencias pero con un horizonte claro, el diálogo social, el sacar
adelante siempre las regiones donde hacemos presencia y sobre todo muy conocedores
del aporte del desarrollo económico y social que brinda nuestra agroindustria”.
Ellos obviamente se apuntan a que Europa, los observe
como un referente que les da puntos en materia de garantizar un “Salario digno”.
Ecuador está lejos de mostrar esta cara bonita al mercado. Por el contrario, tenemos un afeamiento en nuestro sistema de compensación social que obliga a Europa y a sus mercados ser más puntillosos a la hora de darnos puntos en materia de beneficios sociales que hayamos compartido con los trabajadores agrícolas. ES HORA DE TRABAJAR CODO A CODO EN SINDICALIZACIÓN Y BENEFICIOS SOCIALES para mejorar la puntuación del país en Europa y los otros mercados.