
EDITORIAL

Elecciones en Ecuador: el gran triunfo de la gobernabilidad
Con un empate técnico en la primera vuelta los contenedores políticos
de las tiendas Revolución Ciudadana (RC), representado por la Ab. Luisa
González y el candidato de la Acción Democrática Nacional (ADN), Daniel Noboa
Azín actual presidente del Ecuador, llegaron a la segunda vuelta con una
apuesta en vilo por quién se decantaría los 13.5 millones ecuatorianos
sufragantes.
Hasta el cierre del proceso de votación a las 17:00 de ayer solo se
conocía muy tenuemente los datos del exit poll, que daban como ganador al
presidente candidato de ADN, con una ventaja de menos de cinco puntos. Para las
20:30 del mismo día de las elecciones el CNE, presentaba sus resultados del 91,41%
de papeletas escrutadas. Noboa alcanzaba una ratificación del voto popular del
55.88% en comparación con el 42.12% de la candidata correista Luisa González,
con lo que prácticamente la lid electoral para presidente y vicepresidente se
cerraba con un Noboa ganador así lo anunció oficialmente la presidenta del CNE,
Diana Altamaint.
¿Qué corresponde al candidato ganador hacer? La mayoría de los planes
fueron expuestos en campaña, aunque como todos sabemos una cosa es con guitarra
y otra con guitarrón. Es de esperarse que los 16 meses de gobierno que le ha
precedido al vencedor hayan sido su graduación en una de las universidades más
difíciles que exige la más alta puntuación para titularlo como el nuevo
gobernante.
Serán cuatro años duros de remontar toda la montaña de problemas que
nos lega la inseguridad creada por los grupos narcoterroristas que buscaban
nuevamente el poder para continuar la fiesta del Chivo, que por esta vez se han
quedado con la fiesta en Quito, en México y en Bélgica con la mesa puesta y con
los churos hechos. El Ecuador agrícola, minero, manufacturero, industrial tiene
sobradas capacidades de remontar crisis solo necesitamos seguridad jurídica,
física y espiritual para vencer a los agoreros del desastre y subdesarrollo.
Vienen tiempos de decisiones fuertes en la industria bananera nacional
que deberán adoptarse con la responsabilidad de continuar haciendo sustentable
un negocio que tiene más de cien años de historia pero que se ha ralentizado en
aras de la inseguridad de una caótica comercialización amañada por un sector
dominante el de los cuperos que, aunque no son parte del organigrama formal son
los invisibles que manejan el 65% de la cosecha de banano en el país.
La felicitación de los gremios bananeros no se ha hecho esperar y
todos coinciden en darle la bienvenida al presidente electo Daniel Noboa. El
sector bananero que cubre la mayor plazas de trabajo en el sector agrícola
enfrenta retos: Seguridad en las zonas rurales y portuarias; acceso competitivo
a mercados internacionales; agilidad en procesos regulatorios y logísticos;
protección de la dolarización.
Todo ello lleva a todos los actores involucrados en el negocio
bananero desde el productor hasta el que está en lo más alto de la cadena
agroalimentaria arrimar el hombro para definir conjuntamente con el nuevo
equipo de gobierno que designe el presidente los lineamientos de la hoja de
ruta de una producción sostenible y sustentable conjuntamente con un proceso de
comercialización transparente que beneficie al pequeño y mediano productor.